viernes, 23 de julio de 2010

YO POR AQUÍ, TÚ POR ALLÍ
JAVIER PRIETO
Otras alternativas para el peregrino: el Camino del Sureste y del Levante

A estas alturas del partido, está más que claro que formas de peregrinar a Santiago de Compostela hay casi tantas como peregrinos en el mundo han sido. Bien es verdad que, teniendo siempre presente que se hace Camino al andar, el uso y la costumbre acabaron fijando sobre el terreno una serie de itinerarios más o menos concurridos -y repetidos gracias al empuje de la fe- que, a la postre, acabaron por conformar las vías de peregrinación tradicionales hacia la ciudad de las vieiras. El que acabó mejor dibujado sobre el paisaje es el Camino Francés. Las circunstancias históricas vigentes en el momento en el que comenzaron a cobrar fuerzas las peregrinaciones como la forma más directa de asegurarse un asiento en el Cielo ayudaron mucho a que fuera así. De ahí para abajo, la península era tierra conquistada por los seguidores de Alá. Además, muchos de quienes se tomaron en serio que los huesos descubiertos en el monte Libredón eran los de Santiago procedían de Europa y, para ellos, la forma más rápida de limpiar pecados era atravesar la península de este a oeste.
Pero las cosas fueron cambiando y, desaparecido el peligro musulmán, la posibilidad de viajar hasta la tumba del apóstol quedó abierta a cualquiera, viviera donde viviera. Por eso, la península aparece recorrida por itinerarios de peregrinación que avanzan hacia Santiago desde cualquiera de los puntos cardinales. Y como Castilla y León se halla en la antesala de la Galicia sacra, muchos de esos caminos se ven obligados a atravesarla también.
La dedicación de las diferentes asociaciones jacobeas y la explosión de la moda de las peregrinaciones ha ido desempolvando antiguos itinerarios, más o menos documentados en el pasado, para goce de quienes andan ávidos de perderse por caminos menos trillados. Uno de esos itinerarios jacobeos menos conocidos es el llamado Camino del Sureste y Levante.
Su trazado recuerda el paso de los peregrinos que arrancaban su peregrinación en esa parte de la península, principalmente en tierras de Alicante, Valencia y Murcia y, con una dureza paisajística mucho más áspera que la de otros Caminos, se aventuraban por los horizontes de las provincias de Albacete, Toledo y Madrid. Desde esta última pasaban -y continúan pasando- a la de Ávila para iniciar un largo periplo de más de 100 kilómetros por tierras de Castilla y León. Los Toros de Guisando era el punto de entrada en la provincia en el lugar donde estuvo ubicada la histórica Venta Juradera y hoy pervive una reducida manada de verracos celtas.
Cogollo monumental
Con el objetivo de alcanzar la capital provincial hay quienes se encaminaban a ella por El Tiemblo y El Barraco, mientras que otros lo hacían por Cebreros, San Bartolomé de Pinares y El Herradón. Desde la ciudad amurallada el peregrinaje se encaminaba hacia Arévalo, con un nutrido cogollo monumental del que sobresalen rincones como su plaza de la Villa, los templos de San Martín, Santa María, San Miguel o su castillo. Desde ahí, por Palacios de Goda, entra en la provincia de Valladolid por el despoblado de Honquilana, un revoltijo de ruinas terrosas disueltas por el tiempo que evocan mucho más de lo que enseñan.
Ataquines y San Vicente del Palacio anteceden la llegada a Medina del Campo y su núcleo monumental de primer orden. Pero es aquí donde, de nuevo, el río de peregrinos llegados de la costa mediterránea seguía, según su procedencia, por dos ramales diferentes. Los de Valencia, usando el ramal de Levante, lo hacían por Nava del Rey, Siete Iglesias de Trabancos y Castronuño de cara a alcanzar Toro y, más adelante, Zamora. En este punto se producía el enlace con la Vía de la Plata para proseguir hasta Astorga y luego hacia Compostela; o bien, desde Zamora, tomar el Camino Sanabrés por tierras orensanas hacia Santiago. Por alguna razón no muy clara aún, quienes procedían de Alicante y Murcia dejaban a los levantinos para proseguir por el ramal del Sureste, que desde Medina del Campo visita Rueda, Tordesillas, Villavieja del Cerro, Bercero, Vega de Valdetronco, Mota del Marqués, Villardefrades y San Pedro Latarce antes de entrar en la provincia de Zamora por Villalpando. El entronque con la Vía de la Plata se hacía en Benavente, desde donde se proseguía hasta Astorga para continuar desde ahí por el Francés.
Unos y otros ramales se encuentran hoy señalizados -algunos tramos mejor que otros- y es posible seguirlos sin demasiados problemas.

http://www.nortecastilla.es/v/20100716/gps/aqui-alli-20100716.html

Comentario a la noticia
Pedro A. Serrano Gómez
Respecto al artículo de Javier Prieto sobre el Camino de Santiago de Levante y Sureste, quisiera hacer una consideración que quizá justifica el hecho de que existan dos itinerarios distintos para lo que debiera ser un único camino: No es que el camino que seguían los peregrinos y viajeros que procedían, y proceden, de Valencia se dirija hacia Zamora desde Medina del Campo. Ni es casual que el procedente de Alicante y Murcia se encamine hacia Benavente. No es que los antiguos valencianos diesen un rodeo por Zamora para llegar a la tumba del Apóstol en Compostela. Tampoco se debe a que nuestros antepasados murcianos, alicantinos y castellanos prefiriesen ir hasta Santiago por el camino “de siempre”, más corto y más concurrido, descrito ya en el siglo XV y utilizado incluso mucho antes. El hecho de que, en la actualidad, existan estas dos variantes se debe únicamente a que las Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago del Sureste y ambas Castillas, conjuntamente, recuperaron el itinerario histórico, mientras que la Asociación valenciana decidió, por su cuenta y riesgo, en solitario, que los futuros peregrinos de su provincia debían dar un rodeo y visitar la ciudad de Doña Urraca antes de llegar a Libredón. Así, aunque ambos itinerarios estén ciertamente consolidados en la actualidad y aunque existen guías de ambos caminos, lo cierto es que el poso histórico quedó depositado a lo largo de los siglos en el polvo que cubre el camino que pasa por Rueda, Tordesillas, Villavieja, Vega de Valdetronco, Mota del Marqués, Villardefrades, San Pedro de Latarce, Villalpando y Benavente. Desde esta ciudad el caminante, peregrino, transeúnte, turista o viajero puede dirigir sus pasos hacia la tumba del Apóstol siguiendo hacia Astorga para enlazar con la vía francígena, o continuando por el Camino Sanabrés hacia Ourense, para llegar directamente hasta Santiago. Pedro Antonio Serrano. Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Albacete.

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