domingo, 11 de diciembre de 2011

EL BOTAFUMEIRO

Uno de los elementos más característicos de los que está dotada la catedral de Santiago es su famoso botafumeiro (esparcidor de humo), un gigantesco incensario que, colgado del techo, se balancea sobre las cabezas de los feligreses impregnando el ambiente del olor al incienso o substancias aromáticas quemadas en su interior. Su origen se sitúa en 1554. Fue construido gracias a una ofrenda del rey Luis XI de Francia. El original estaba elaborado en plata y fue robado por las tropas francesas en 1809 durante la Gerra de la Independencia. El actual botafumeiro fue fabricado por el orfebre Losada en 1851. Su origen se debe a la necesidad de crear un elemento que permitiese purificar el aire dentro de la iglesia, enrarecido por las grandes multitudes de peregrinos que allí se concentraban. Esta parece la explicación más plausible aunque hay quien defiende que su función original fue únicamente la de dar solemnidad a los actos litúrgicos.
El botafumeiro tiene un peso de 50 kg y mide un metro y medio. Se eleva a 20 metros de altura y puede llegar a alcanzar una velocidad de 70 kilómetros por hora.El instrumento actual es el cuarto de la historia de la catedral. El primero fue sustituido por otro en el año 1.530, que a su vez fue robado por los franceses durante la Guerra de la Independencia. El tercero prestó sus servicios hasta 1.851, año en que se vio sustituido por el actual. Actualmente sólo se pone en funcionamiento en las grandes celebraciones religiosas y todos los domingos del Año Santo. Igualmente puede funcionar a petición de fieles o de grupos abonando 300 euros, diciéndose en la misa quién hace el pago.
Para ponerlo en marcha es balanceado por ocho "tiraboleiros o tiboleiros", saltando uno de ellos, el tiboleiro mayor, sobre el incensario para detenerlo. Se dice que el humo que expide tiene propiedades terapéuticas para ciegos y tuertos, tartamudos y personas que sufren de afecciones respiratorias.Impresiona e infunde cierto temor contemplar su balanceo sobre las cabezas de los fieles, temor justificado pues se tiene noticia de que al menos en tres ocasiones el gigantesco incensario se soltó de la cadena que lo sujeta y salió volando, aunque por suerte sin causar víctimas mortales. La más célebre de estas ocasiones tuvo lugar en 1.499 en presencia de Catalina de Aragón, hija de los Reyes Católicos, que había parado en Santiago para orar ante la tumba del Apóstol antes de embarcar en La Coruña con dirección a Inglaterra para su boda con el Príncipe de Gales, saliendo despedido por la Puerta de Platerías.
El primer enlace recoge el funcionamiento del botafumeiro en la última visita a Santiago del Papa Benedicto XVI con ocasión del Año Santo 2010:
http://www.youtube.com/watch?v=tr2vZ6WmHSw&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=n-A-laww7x4&feature=related

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